sábado, 8 de diciembre de 2007

Ciudadana Ejemplar

Niños jugando con aros de colores

    El día transcurría como de costumbre en la feria. Terminado el espectáculo decidí quedarme a platicar un rato con mis amigos y compañeros detrás de la pista principal para pasar el rato en lo que cerraba el parque y pudiera hacer mi recorrido solitario por el Laberinto de Cristal. Me disponía a intercambiar algunas palabras con ellos, quitarme el “disfraz” de artista y seguir con mi rutina diaria…sólo que esta vez algo fue diferente. Mientras charlaba con los demás elementos del show alguien se dirigió a mí tocando mi hombro…era una mujer más o menos de mi edad, de cabello lacio y discreto atuendo, cargaba una extraña maleta en tonos pastel y aunque no la había visto por aquí su cara se me hizo muy familiar…

    - “Yo te conozco, compartí el salón de clases contigo alguna vez en la primaria…”, me dijo con mucha seguridad mientras yo trataba de reconocer su rostro. Continuó…”Soy Keala, solía tener el cabello más corto y usar anteojos…siempre traía una mochila rosa en forma de corazón…¿Me recuerdas…?”.
    - “Fénix”, la interrumpí antes de que pronunciara ese aquel otro nombre que dejé atrás hace mucho tiempo y por el cual ya no estoy acostumbrada a responder. Seguí…”Es mi nombre artístico y así me conocen aquí…Keala, sí me acuerdo de ti, odiaba que le recordaras al maestro que había dejado tarea el día anterior”, solté una carcajada y me despedí de mis amigos para poder platicar con ella.
    - “Sí, esa era yo…¿Pero por qué lo odiabas?..después de todo si no hubiera sido por mí el profesor jamás se hubiera acordado de que nos tuvo trabajando toda la tarde anterior”, me respondió sorprendida…”Pero cuéntame…¿Cómo fue que de esa niña retraída que se la pasaba mirando por la ventana durante la clase te convertiste en esta artista tan talentosa?”, me preguntó con una mirada de asombro.
    - (Decidí no comentar más acerca de su actitud en la escuela, obviamente ella había olvidado que a mí siempre me castigaban por no cumplir con los deberes). “¡Muchas gracias! Descubrí que la vida es más amena si una se dedica a trabajar en lo que disfruta hacer, este es el mejor empleo que pude haber encontrado”, contesté con una sonrisa obligada y un tanto incómoda…”¿Qué te trae por aquí?”.
    - “Pues ya sabes, los niños que no pueden dejar de visitar la feria de cada pueblo que visitamos…todavía no se pueden subir a todos los juegos mecánicos y ya es una osadía sacarlos de aquí”, respondió con un tono de cotidianidad que yo no entendí…”Ciertamente se ve como un oficio muy divertido el que tienes…¿Pero cuándo es que esperas ya tener tu vida?”, preguntó moviendo su cabeza de lado a lado como negándose a creer lo que le comenté de mi trabajo ideal.
    - “¿A qué te refieres? Yo vivo aquí”, dije extrañada volteando a ver a mi alrededor.
    - “¡Pues sí!”, exclamó con su voz chillante y un tanto molesta…”Que cuándo vas a sentar cabeza y tener ya a tu familia como debe ser, porque supongo que no estás casada ni tienes hijos todavía pues vives…aquí. Ya estamos en edad de formar parte de la sociedad. ¿O qué, ésta es la vida que quieres?”, dijo con un aire de desdén, lo cual me enfureció.
    - “Pues no que sea de tu incumbencia pero no estoy interesada en llevar la vida que me describes, disfruto mucho la que tengo ahora…además, de tomar la decisión de formar una familia no veo inconveniente alguno con hacerlo en la feria, la mayoría de los artistas crían a sus hijos aquí mismo y su rutina es muy parecida a la de todos los pequeños, sólo que no tenemos prejuicio ni problema alguno con que escojan una vida en el escenario también…de hecho, pensamos que el ambiente artístico y más relajado ayuda a desarrollar su creatividad nata en vez de sofocarla con paradigmas arbitrariamente creados por personas sin el más mínimo sentido humano y adoptados por gente sin voluntad en una sociedad de reglas absurdas. No, no estoy casada, pero no es porque viva aquí…este parque es testigo y cómplice de más intensos romances y consolidados matrimonios de los que pudieras imaginar con esa mente tan cerrada tuya…es porque espero a alguien que quiera compartir su vida conmigo por mí, no por cumplir con algún estereotipo artificialmente fabricado por alguien que no sabe nada de él o de lo que quiere”, dije con voz fuerte y con una mirada penetrante con la que pretendía llegar a su cerebro encerrado por capas y capas de estorbosas imposiciones.
    - “¡Ay, por favor, cómo puedes pensar que este ambiente es el ideal para que un pequeñito crezca! Si viven entre contorsionistas, tragafuegos…fenómenos. Un niño necesita estabilidad, disciplina…igual que un matrimonio. Ni siquiera tienen nombres normales, ante sus ojos sería aceptable llamarse como una criatura mitológica. Estaría mal traer un bebé a este mundo de caos circense sin la estructura que requiere ser madre. La sociedad fuera de este compendio de ilusionistas, que somos mayoría porque tenemos razón y no somos personas con rebeldía adolescente, apoya mis argumentos”, respondió cruzando los brazos y retirando sus ojos de mí.
    - “Son mayoría porque son pocos los que tienen el talento, la dedicación y la entrega que requiere ser artista”, dije con una sonrisa irónica…”¿O acaso crees que es fácil montar un espectáculo como el que tanto te impresionó? En esta feria convivo con las mejores madres que he conocido en mi vida, quienes también tienen nombres inusuales pues ellas mismas los escogieron de acuerdo a lo que la palabra significa para ellas, no les fueron impuestos…que crían hijos sanos, educados y felices con nombres poco comunes que nos describen cómo es que ven el mundo tras ese velo de inocencia que conservan…y que a diferencia de tus niños, crecerán en un ambiente de tolerancia, hermandad y belleza en vez de imposiciones, protocolos a seguir y frustraciones”, le contesté ya más tranquila…después de todo no había poder humano que pudiera quitarle las ideas con las que creció y que aceptó sin cuestionarlas.

    La cara de rabia e indignación que puso Keala antes de darme la espalda y marcharse será una imagen difícil de olvidar. Respiré profundo y caminé hasta el laberinto con la esperanza de que pasara el coraje pronto. Dentro de mi atracción favorita me detuve frente al espejo en el cual te ves como si tuvieras un hermano siamés. “¿Cómo es que alguien que tuvo la misma educación que yo y vivió en mi mismo ambiente puede pensar tan distinto a mí?”, fue lo que pensé al ver ese reflejo, “¿Uno nace con el carácter definido o es que éste se forja de acuerdo a lo que has vivido?”.

2 comentarios:

  1. Primer comment!! (clap, clap) primer comment (clap clap)...!!
    Ay, estúpida sociedad de la gente ordinaria en la que uno nunca termina de encajar, creo que lo que no entienden es que en realidad quienes decidimos tomar el camino del arte como vida es porque eso nos hace felices, pero parece que es obligación diertirte un rato de vida y luego "sentar cabeza" (huh?) y casarte y tener hijos y demás... la verdad creo que es culpa de la escuela, te acostumbran a que las materias de arte son como de recreo, o de diversión, para que te relajes y luego tengas 10 horas de clases "normales" entonces creces y si decides dedicarte al arte "sigues jugando" y no has madurado y no tienes un trabajo de verdad porque no tienes un sueldo, bueno ese asunto creo que lo hemos platicado 200,000 veces... la gente mide su peso en oro y en horas de trabajo, en cuantos trajes caros tiene, en lo que dice la plaquita adelante en su escritorio, porque eso es tener un lugar en la sociedad... eso o ser madre de familia y ama de casa... como detesto que digan "me dedico al hogar"... guacala... pero bueno, así es esto de ser "adulto"
    Pero bueno, personas ordinarias y que ya tienen una vida, permítannos entretenerlos con nuestro arte, finalmente por eso son personas inferiores =)

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  2. Tener una vida "normal" con tu casita, un marido, escuincles, los respectivos autos, dinero (si no para lujos, por lo menos lo suficiente para que no falte nada), si, creo que así es jajajaja... Bueno ahora ya es más aceptable que la mujer trabaje no?, pero vamos, la educación que se trae arrastrando dice que no, que la mujer es para su casa... guácala!!!....

    Digo, también cada quién lo que quiera vivir, probablemente eso los hace felices y pues muy su bronca no?, que bueno que lo logren; el dilema viene cuando quieren obligarte a tener la misma vida que ellos, que termina siendo la mayoría, terminas siendo "el rarito" por no tener sus mismas prioridades y negarte a tener lo que ellos tanto desean, aún cuando para ti sea muy sencillo conseguirlo, hasta te lo reprochan y algunas hasta sienten lástima por ti... Pero bueno...

    En cuánto a nacer con un carácter definido o forjarlo a lo largo de la vida; yo creo que hay un poco de los dos, creo que naces con un carácter definido pero a lo largo de la vida lo vas forjando de acuerdo a lo que vives, ojo, no que cambies con el que naciste, (aunque muchos terminan reprimidos y lo cambian), la esencia se queda, pero ciertamente le añades, le cambias ó le quitas ciertos aspectos. En síntesis claro para no extenderme con mis explicaciones jejeje...

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