jueves, 22 de noviembre de 2007

"Fénix"

Fénix azul al vuelo

    “¡Fénix, a escena!”, eso me bastó para salir de mi letargo. El murmullo del público impaciente, el olor a comida y a polvo en el aire, las luces que iluminan mi cara haciendo más obvio el maquillaje nacarado color zafiro en mis párpados, el millar de pensamientos que cruzan mi mente en ese último segundo antes de poner un pie en la pista principal…elementos que su perfecta armonía conforman mi rutina diaria. Salgo al escenario. Estoy tan aterrada como emocionada, ebria de atención, conmovida y sola ante el sepulcral silencio previo a tocar la primera nota de la melodía…gajes del oficio. Todo es parte del show…sonreír, repetir el número ensayado, recibir los aplausos con un gesto de agradecimiento, retirarse de la pista con una expresión de gloria en el rostro…y respirar. Este es mi trabajo. Hoy fue día festivo en la comunidad local así que la feria abrió sus puertas más temprano de lo usual y ofreció a los visitantes una función más de todos los espectáculos. Estoy exhausta, nunca me había tocado estar tanto tiempo en el escenario ni ver a tanta gente reunida en un solo lugar. Ni siquiera me molesté en dejar el vestuario que traía puesto en casa o en lavarme la cara para salir por algo de comer y hacer mi recorrido nocturno por el parque. Lo que necesitaba era un desfogue así que me dirigí al Laberinto de Cristal en cuanto el último visitante salió embelesado por la puerta principal prometiendo regresar en cuanto “pudiera escapar a sus actividades”. Sabía que mis piernas entumecidas no me ayudarían a terminar el recorrido por el laberinto esta vez, así que sólo entre al primer pabellón en donde los espejos “dicen la verdad” y no distorsionan su reflejo…su magia está en abrazar la imagen que proyecta uno y pasarla al siguiente de tal manera que el reflejo original se vea repetido varias veces, como si se estuviera dentro de un caleidoscopio. Estaba de pie frente a una infinidad de proyecciones idénticas de mi imagen de escenario…esas prendas tan llamativas y ese maquillaje tan peculiar con tanto brillo que a veces me pregunto si es para atraer atención en cuanto las luces lo encuentran o si es una coraza impenetrable que las refleja y no las deja mostrar quien soy en realidad. “Fénix”…así me conocen aquí porque así dejé que lo hicieran. A decir verdad no habría ningún otro nombre con el que me sintiera más identificada. Para llegar a donde estoy ahora tuve que renacer de las cenizas. Estaba destruida y me levanté de nuevo. Aprendí a hacer una obra de arte a partir del dolor y convertí los golpes en música. Levanté el vuelo una vez y puedo volverlo a hacer así tenga que arder en llamas como al principio…y mis lágrimas también son curativas, están reconstruyendo mi alma en este instante.

2 comentarios:

  1. El escenario, el maquillaje; definitivamente un mar de posibilidades, sueños y preguntas...
    Vaya, me sigo deleitando, y como dije, lecturas que valen la pena... qué más puedo decir?...
    En fin, seguiré con mi recorrido por la feria... Lo interesante de todo esto es que siempre regresas al laberinto jajajaja, que bien...

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  2. Bello!! como siempre, palabras fugaces... y visualmente al menos en mi cabeza es muy bonito.
    Imagina el reflejo, con el vestuario, los colores...
    perfecto... super bello =)
    Ahora... es hora de que yo presencie tu show en mi corte...

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